Secretos familiares, amor, celos, traición... La pintora de estrellas es una historia fascinante narrada de forma deliciosa por Amelia Noguera.
Resumen
En París encontraron un nuevo hogar...
En 1934 los jóvenes Diego, Elisa y Martín huyen de una España convulsa y al borde de la Guerra Civil y se trasladan a Francia con sus familias para comenzar una nueva vida. Allí Elisa logrará su gran ilusión, ser pintora y formar parte del mágico ambiente de las galerías parisinas, lo que junto al amor incondicional de Diego, consigue hacer de ella una mujer totalmente feliz. Sin embargo, cuando la sombra de la Segunda Guerra Mundial aterriza en París, su idealismo y su pasión por el arte pondrán en peligro su mundo.
...pero la traición y la barbarie fulminaron sus sueños.
Setenta años después, ya anciano, Diego no se resigna a morir sin conjurar los fantasmas del pasado para que rindan cuenta de sus faltas y le devuelvan la paz a su conciencia. Violeta, su nieta, embarazada y huyendo de su marido, lo acompañará en un viaje a Asturias, la tierra que un día abandonó y a la que nunca tuvo valor de regresar. Un viaje a lo más hondo de su ser, de sus luces y sus sombras, que hará que Violeta se replantee toda su vida.
Amelia Noguera construye una novela lírica y envolvente que habla de la nostalgia, de la esperanza, del dolor, del amor, del exilio y de la memoria en dos épocas distintas, demostrando que las pasiones humanas sobreviven indemnes a los años como pinceladas en un lienzo.
Impresiones
Pocas veces una historia te sacude el alma como lo hace La pintora de estrellas. Narrada con una prosa cuidada y muy elegante, Amelia Noguera nos atrapa desde el primer párrafo.
Violeta es una joven que desde hace años sufre maltratos tanto físico como psicológico por parte de su pareja. Aunque en un primer momento acepta con cierta normalidad la situación, al quedarse embarazada descubre que le aterroriza la idea de que el bebé pueda sufrir daño alguno por parte de su pareja. Por ello, decide escaparse con su abuelo, lejos de la ciudad, lejos de él. Lo que Violeta no sabe es que esa decisión le cambiará la vida para siempre. Y es que su abuelo Diego tiene algo que desvelarle sobre su pasado, del que ella sabe muy poco. Ambos, se trasladan a Villaviciosa, en Asturias donde aún sigue en pie el palacete azul de la familia, atesorando recuerdos y secretos que irán viendo la luz poco a poco. Violeta era una niña cuando su madre falleció y su abuelo siempre fue muy celoso sobre sus orígenes. Ni quisiera le habló de ese palacete. Pero ahora siente que se le agota el tiempo. Es el momento de que Violeta sepa quien es, y que espera de la vida.
La historia se desarrolla a través de dos hilos temporales: presente y pasado. A través de los recuerdos de Diego, nos adentramos en la historia de los antepasados de Violeta.
Eran tiempos convulsos. Pocos los intuían, pero la guerra amenazaba a una España pobre y con demasiadas hienas sedientas de poder. Elisa, Diego y Martín buscan un futuro más prometedor y tranquilo en la capital francesa. Se instalan en una París sofisticada y elegante, donde pronto Elisa brillará con luz propia.
Diego ama a Elisa con cada poro de su piel. Y Martín, su mejor amigo es testigo de este amor, aunque no le haga precisamente feliz la unión de la pareja. Él tiene sus propios intereses.
Elisa tiene un don para la pintura. Capaz de captar con los pinceles el alma de los retratados, pronto llama la atención de una importante marchante de la época. Su pasión por la pintura le viene por parte de su madre, una mujer de mirada perdida y bondad infinita, a la que la vida trató bastante mal cuando apenas era una niña.
Pero el destino se guardaba una sorpresa. Y esos jóvenes que han huido de una previsible guerra en su tierra natal se ven envuelto en otra guerra, una a nivel mundial. Francia es ocupada por los nazis, trastocando sus ilusiones. El gris se instala como telón del fondo de la bella ciudad a orillas del Sena y Elisa se ve envuelta en una conspiración dirigida por la Resistencia para engañar a los altos mandos alemanes.
Pese a los cambios temporales, la trama está muy bien construida y se desarrolla sin posibilidad de que el lector pierda el hilo. Aunque los mayores secretos se desvelan en las páginas finales, la autora consigue mantener la atención del lector durante toda la novela, dejando intuir pequeños detalles esenciales para comprender el final. Es una novela que va in crescendo. Y su final es de esos que te dejan con la boca abierta durante días.
Es la primera vez que leía algo de Amelia Noguera y debo confesaros que me ha cautivado su forma de describir las sensaciones. Es como si cobrase corporeidad, se pudiesen tocar. Y llegas a conectar con cada personaje, entiendas o no sus actos. Son personajes cercanos, muy bien definidos psicológicamente. Sin lugar a dudas, de los puntos fuertes de la novela junto con el estilo intimista de la autora y el uso de diálogos interiores muy emotivos en los que Diego nos demuestra esa pasión que aún le quema la piel a pesar de los años.
¿Te atreves a conocer los secretos que esconde la pintora de estrellas?
"Creo que las mujeres siempre hemos sido un poco pintoras y nos imaginamos un cielo que queremos poner en uno de esos lienzos que tienes por ahí y, pincelada a pincelada de entrega, de sufrimiento, de trabajo, de ilusión, de renuncia, de alegrías y de amor, sobre todo de amor, de intenso amor, pincelada a pincelada, vamos creándolo un poco cada día. Primero rellenamos el fondo, en azul. Después le añadimos la luna y su reflejo, en plata. Y entonces lo llenamos de estrellas, de millones de estrellas blancas, una por cada beso que damos a los que dependen de algún modo de nosotras, a todos a quienes queremos. Y bajo ese hermoso cielo hecho de nuestras pinceladas, los demás pueden refugiarse cuando llega la noche. Y cada mujer debería poder decidir cómo pintar ese cielo"