Un título evocador, un diseño entrañable. Para una adicta al chocolate como soy yo, esta novela reunía ingredientes de lo más apetecibles. Así que no lo dude demasiado y me hice con ella. Ganadora del Premio Ramón LLull 2014, Deseo de chocolate de Care Santos es una novela que nos invita a viajar a través de la historia de uno de los productos más sofisticados y deliciosos que existen, el chocolate.
Resumen
Tres mujeres, tres siglos y la misma chocolatera de exquisita porcelana blanca.
Sara: propietaria de un apellido que en Barcelona es sinónimo de chocolate, se enorgullece de dar continuidad a la tradición heredada de sus padres.
Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del siglo XIX, para quien el chocolate es un producto prohibido.
Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del siglo XVIII, abastecedor de la corte francesa e inventor de una máquina prodigiosa.
A través de la pasión por el chocolate, Care Santos trazo un apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días. Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito placer para los sentidos.
Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del siglo XIX, para quien el chocolate es un producto prohibido.
Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del siglo XVIII, abastecedor de la corte francesa e inventor de una máquina prodigiosa.
A través de la pasión por el chocolate, Care Santos trazo un apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días. Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito placer para los sentidos.
Impresiones
Deseo de Chocolate es una de esas novelas que aglutina en sus páginas varias historias. En este caso, tiene un hilo vertebrado común, el chocolate. Tres historias, tres mujeres que vivieron en Barcelona en distintos siglos y que atesoraron una pequeña joya, una chocolatera de porcelana blanca con una inscripción en su base. Es precisamente este objeto el que le permite a la autora trazar un viaje fascinante desde la actualidad al siglo XVIII. Como peculiaridad, la chocolatera tiene las dimensiones exactas para servir tres deliciosas tazas de chocolate.
Cada parte es totalmente independiente. No hay relación de parentesco o amistad entre los personajes, lo cual es bastante original. Tanto los personajes protagonistas como los secundarios están muy bien definidos.
La protagonista de la primera historia, que transcurre en la actualidad, es Sara, una joven que pertenece a una familia de gran tradición chocolatera en la ciudad condal y que por azar, una noche encuentra la chocolatera de porcelana blanca, o quizás es esta la que la encuentra a ella. Aunque estudia historia, Sara quiere ser la sucesora de su padre en el negocio familiar, y para ello, compagina sus estudios. Es precisamente en un taller de repostería donde conoce a Max Frey y Oriol Pariot. Esta historia le sirve a Care Santos para hablarnos de dos tendencias, por una parte Sara es el máximo exponente de lo tradicional, en sus manos perviven esos sabores de siempre, mientras que Oriol busca la constante innovación, ofrecer sabores nuevos y sorprendentes.
La protagonista de la primera historia, que transcurre en la actualidad, es Sara, una joven que pertenece a una familia de gran tradición chocolatera en la ciudad condal y que por azar, una noche encuentra la chocolatera de porcelana blanca, o quizás es esta la que la encuentra a ella. Aunque estudia historia, Sara quiere ser la sucesora de su padre en el negocio familiar, y para ello, compagina sus estudios. Es precisamente en un taller de repostería donde conoce a Max Frey y Oriol Pariot. Esta historia le sirve a Care Santos para hablarnos de dos tendencias, por una parte Sara es el máximo exponente de lo tradicional, en sus manos perviven esos sabores de siempre, mientras que Oriol busca la constante innovación, ofrecer sabores nuevos y sorprendentes.
Para adentrarnos en la historia de la segunda protagonista tenemos que viajar al siglo XIX. Aurora es la hija de una criada que murió al darle a luz y se convertirá en la protegida de la señora de la casa, que casualidades de la vida, acababa de tener un bebé. A través de Aurora, nos habla del proceso de industrialización del chocolate en Cataluña.
Cierra la novela Mariana, una joven del siglo XVIII que se casa con el más famoso fabricante de chocolate de la ciudad. Con gran ingenio y habilidad, han creado juntos una máquina que permite consumir por primera vez chocolate sólido. Por eso, no es de extrañar que todos la quisieran conseguir: desde los representantes de su mismo gremio hasta miembros de las Cortes más importantes de la época, como Francia e Italia.
Además de su prosa cuidada, llama la atención que se adapte la narración de cada historia a la época en la que se desarrolla, un acierto por parte de la autora. Así, la primera parte esta narrada con una prosa muy ágil, la segunda tiene un estilo más denso, deteniéndose en las descripciones mientras que la última está escrita con un estilo más teatral. Sin lugar a dudas, otro de los aciertos de Care Santos es la utilización de la estructura cronológicamente inversa, lo que permite ir reconstruyendo las piezas de esta entrañable chocolatera.
¿De quién son las cosas perdidas? ¿De quién son los objetos que alguien amo, cuando esa persona se va para siempre? ¿Hay algún lugar donde los objetos perdidos aspiren a ser encontrados? ¿Ellos quieren que otro se los quede, los valore, los considere de su propiedad? ¿Las cosas necesitan un dueño? ¿O son más felices en libertad? ¿A quién hace feliz la libertad? ¿No es mejor la certeza de pertenecer a alguien?