Tardes de chocolate en el Ritz

Llegó a mis manos por casualidad y no pude evitar sentirme al instante cautivada tanto por el diseño de su portada como por el título. Y cuanto más avanzaba en sus páginas, más afortunada me sentía por su hallazgo. Tardes de chocolate en el Ritz es una historia de soñadoras en busca de la felicidad. Una auténtica delicia para los sentidos en cuyas páginas Reyes Calderón desnuda su alma. 

Resumen

Reyes Calderón nos ofrece en Tardes de chocolate en el Ritz un relato lleno de chocolatinas tentadoras, fracasos de chocolate negro, risas de trufa y profundas conversaciones sobre el amor, la amistad, la familia y el valor del trabajo tan deliciosas como el chocolate más auténtico. 

La noche en que se conocieron en la recepción de una embajada, nada hacía presagiar que Marta y Reyes acabarían siendo amigas. Excéntrica, adicta al lujo, con varios fracasos amorosos a sus espaldas y un marido recién estrenado, Marta no parecía tener nada en común con Reyes, una mujer volcada en su profesión y su familia. Pero el destino las unió y, contra todo pronóstico, comenzaron a reunirse el tercer jueves de casa mes en el Ritz. Entre animadas charlas y reconfortantes tazas de chocolate, sus vidas terminaron entremezclándose. Porque, sin saberlo, las dos andaban en busca de la misma felicidad. 

Impresiones

Aunque en un primer momento puede parecernos una recopilación de artículos, el ritmo y la estructura es de una novela, de prosa ágil y sencilla. En cada capitulo la autora trata un tema distinto a través de los diálogos que mantienen Reyes y Marta. Cada encuentro entre las amigas está repleto de anécdotas, inquietudes y problemas a resolver... Por ello, aunque pueda parecer un ensayo, la forma en la cual se va desarrollando la intriga nos pone de manifiesto que no deja de ser una novela donde se tratan aspectos existenciales de una forma amena y rebosando optimismo. 

En este sentido, la escritora da su opinión sobre aspectos muy diversos, tales como la literatura, el amor, la familia, el feminismo, la fidelidad... utilizando al personaje de Marta como una excusa perfecta para liberarse, dejarnos ver su alma, pero sin sentar cátedra. Y es que estas reflexiones no dejan de ser confidencias con una amiga, pensamientos compartidos por el cariño y la complicidad del momento. 

Ese toque intimista pero sin entrar en "cotilleos", pues guarda celosamente su vida privada a excepción de alguna mínima anécdota sin importancia, es un auténtico acierto de Reyes Calderón. Al igual que ese derroche de energía positiva. Por ello, su lectura es refrescante, una bocanada de aire fresco difícil de recharza. 

Reyes es tan conservadora en algunos aspectos, como progresista en otros. Y Marta... su antítesis. Ella va de progresista, pero sin embargo, tiene más de conservadora de lo que ella misma puede llegar a admitir. Contra todo pronóstico, surge una bonita amistad entre ambas, forjada en el equilibrio y la comprensión. 

Tardes de chocolate en el Ritz es una novela divertida cuya lectura nos invita constantemente a reflexionar sobre la vida, sobre nosotros mismos y nos contagia ese positivismo, esa necesidad de ver el vaso medio lleno siempre. Si existe solución para el problema seguramente la encontremos saboreando una buena taza de chocolate. 

"Volver a las batallas pasadas, perdidas o ganadas, sólo sirve para recoger los cadáveres"