lunes, 24 de septiembre de 2018

Las hijas del capitán




No puedo evitarlo. Si hay una nueva novela de María Dueñas tiene que ser mía. Con sus luces y sombras, es una de mis autoras preferidas, y sus novelas, siempre terminan en mi estanterías. Hoy mis impresiones sobre Las hijas del Capitán


Sinopsis

Nueva York, 1936. La pequeña casa de comidas El Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la colonia española que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental de su dueño, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteañeras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y amores, decididas a convertir su sueño en realidad. 

Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas del Capitán despliegan la historia de tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que vivieron - y viven -  la aventura, a menudo épica y casi siempre incierta, de la emigración. 


Impresiones

Es inevitable. Hablar de María Dueñas es recordar una obra literaria que marcó un antes y un después en mí. Sí. Me refiero a El tiempo entre costuras. Si bien es cierto que por mucho que vuelvo a sumergirme en una historia narrada por ella, nunca es lo mismo. Supongo que es normal cuando alcanzas una cumbre tan alta y bella. Volver a conseguir crear una obra tan sublime no es sencillo. Y aunque recuerdo su última novela con bastante tristeza, ya que no consiguió atraparme ni un sólo instante, no puedo evitarlo. Novela que sale, novela que quiero. Y así llegó Las hijas del Capitán a casa... 

Nueva York, 1930. Si hoy en día impresiona con sus "gigantescos" edificios imaginaros a tres jóvenes que no conocían más mundo que su Málaga natal. La ciudad que nunca duerme, caótica, viva, trepidante... debe convertirse en su nuevo hogar. Sobrevivir no es tarea fácil, y menos cuando te sientes atrapada en una vida que no tenía que ser la tuya. Este es el panorama al que se tienen que enfrentar Victoria, Mona y Luz, cuando su madre, Remedios, le notifica harta de sus locuras, que se marchan junto a su padre, al otro lado del "charco" para ayudarle en el negocio familiar. Tal noticia no fue acogida precisamente con agrado. Obligadas a embarcar en esa nueva aventura, lo hacían con la esperanza de poder volver cuanto antes al sur, a su tierra. 

Pero la vida a veces te obliga a madurar a golpes, duros golpes, y pronto quedarán huérfanas en una ciudad que detestan con todo su ser. No conocen el idioma, tampoco sus costumbres. Y el negocio familiar es una auténtica ruina. Sumergidas en deudas, pero juntas, siempre juntas, las hermanas Arenas lucharán con uñas y dientes contra una ciudad que amenaza con devorarlas. 

Las hijas del capitán es una novela pausada, de las que hay que saborearlas con delicadeza. Escrita con una prosa magistral, dulce y delicada, elegante y exquisita... María Dueñas vuelve a alardear de su capacidad para cautivar con las palabras. Si bien la historia puede ser o no de nuestro agrado, solo con perderse entre sus palabras ya es un deleite más que necesario para cualquier amante de la literatura. 

En Las hijas del capitán nos encontramos ante una novela histórica por la que incluso se pasearán algunos personajes reales, tal es el caso de Carlos Gardel, Xavier Cugat o Alfonso de Borbón y Batternberg. A lo largo de sus más de seiscientas páginas seremos testigos de las ilusiones y anhelos de aquellos inmigrantes que tuvieron que buscar fortuna muy lejos de su patria, levantando con su sudor y esfuerzo una metrópolis de rascacielos infinitos. 

En esta novela coral en la que nos adentramos en la vida de tres  hermanas bastante rebeldes veremos como evolucionan hasta el punto de convertirse en mujeres fuertes, decididas y valientes. No será fácil encontrar su destino, pero lucharán hasta agotar sus fuerzas por conseguirlo. Las tres tienen el mismo peso narrativo, y sus vidas, entrelazadas, me han mantenido en vilo hasta el final de la narración. Si bien, con la que más he simpatizado ha sido con Mona. 

Pero sin lugar a dudas lo mejor de ésta novela es su exquisita ambientación. Sumergirse en sus páginas nos llevará a un fascinante viaje por la Nueva York de los años treinta, con sus luces y sombras, deslumbrante y aterradora. Por ello no puedo más que recomendaros la última novela de María Dueñas, con la que he vuelto a reconciliarme con ésta gran autora. 


"Él, que siempre había sido un verso suelto, un tiro al aire indiferente a los dioses, los himnos y las banderas, de una forma insconsciente se iba poco a poco reconcentrando en un entorno cada vez más cercano: replegándose hacia el núcleo de los que hablaban con sus mismas palabras procedían de un mapa común, adosándose al tuétano de aquella colonia de seres con los que compartía eso que los melancólicos llamaban patria"


* Gracias a la editorial Planeta por el ejemplar 

lunes, 17 de septiembre de 2018

El coronel no tiene quien le escriba




Hoy quiero hablaros sobre un clásico de la literatura contemporánea, El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez. Una pequeña joya literaria que bien se merece ser un imprescindible de cualquier biblioteca.


"Era octubre. Una mañana difícil de sortear, aun para un hombre como él que había sobrevivido a tantas mañanas como esa. Durante cincuenta y seis años -desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban"


Sinopsis

Un viejo coronel retirado vive esperando el aviso de que le han concedido la pensión a la que tiene derecho por los servicios prestados a la patria. La espera dura ya quince años, y el coronel ha ido todos los viernes al puerto a esperar la llegada de la lancha que trae el correo, y siempre ha vuelto de vacío.

Impresiones

Cómo ya sabéis, estoy participando en el reto Me gustan los clásicos que organiza Francisco del blog Un lector indiscreto y esta lectura ha formado parte precisamente de ese propósito literario. Cuando en Enero confeccioné la lista tenía claro los libros que necesitaba casi con urgencia sacar de mi eterna lista de pendientes. El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Marquéz era uno de ellos. Una obra muy cortita a la que aún no le había hecho hueco pese a las innumerables recomendaciones que me han hecho de ella. 

Cada viernes, el viejo coronal acude al puerto a recibir la lancha del correo. Quince largos años sin faltar ni un sólo viernes, con la esperanza de que llegará la carta en la que le conceden la pensión prometida por ser veterano de guerra. En su juventud, luchó bajo las órdenes de Aureliano Buendía en la guerra civil. Pero su heroísmo no le impide pasar su vejez malviviendo en una casa pobre, junto a su esposa enferma. Con los años han tenido que ir vendiendo sus pocas pertenencias de valor para conseguir algo de dinero, siempre esperando el deseado dinero prometido.  Pero ya solo les queda un gallo de pelea, herencia de su único hijo, al que asesinaron un año atrás. Pero aun queda lejos la temporada de peleas, donde se supone que ganará un buen pellizco gracias a las apuestas, convirtiéndose en un autentico sacrificio mantener al gallo con ellos. 

Su prosa envolvente, esa que me cautivó en libros como Cien años de soledad, vuelve a estar presente. Es de sus principales señas de identidad y personalmente, lo que más me atrae de este autor. Te puede llegar más o menos la historia que nos quiere contar pero solo la forma en la que lo cuenta ya es un auténtico deleite. 

El personaje principal es el Coronel, un hombre que pese a las miserias que ha conocido a lo largo de su vida, aun queda en él espacio para la esperanza. Su mujer es mucho más realista, enferma de asma, lucha por hacer entrar en razón al Coronel. Mientras esperan ese dinero prometido la enfermedad y el hambre la consumen sin que su marido deje de "soñar". Aunque por la novela se pasean otros personajes como el cartero, el médico o el rico del pueblo, son el Coronel y su esposa sus principales pilares narrativos. 

El coronel no tiene que le escriba es una novela sencilla, pero no me malinterpreten. Si la comparamos con otras novelas de autor observaremos que nos encontramos ante una estructura clásica, en la que los acontecimientos se ordenan cronológicamente. Una trama sin demasiados personajes y con un eje vertebrador muy definido. Y sobre todo, no se juega con sucesos imaginarios, como ocurre en otras obras, conocidas por su Realismo Mágico. Pero que no se pueda encasillar dentro de esa corriente no la hace menos atractiva. Al contrario, hace de esta novela una pequeña joya literaria, fresca, encantadora... El coronel es uno de esos personajes entrañables que calan bien profundo. Y la novela guarda en si grandes reflexiones sobre la esperanza, dignidad, ingenuidad y desamparo. De ahí que vuelva a matizar lo de "novela sencilla", pues para nada es una lectura fácil, sino más bien, accesible para un mayor público. 

Gabriel García Marquéz recrea con gran maestría una atmósfera de desesperación que nos inunda durante toda la lectura. Pero no es una lectura lacrimógena, pues el autor lo hace con tal sutileza, incluso elegancia. Por eso no puedo más que recomendar esta breve pero intensa novela, escriba con una prosa prodigiosa y un sentir conmovedor. El coronel no tiene quien le escriba llegó para quedarse en un lugar privilegiado de mi biblioteca. 

"- ¿Nada para el coronel? - El coronel sintió el terror. El administrador se echó el saco al hombro y bajó el anden y respondió sin volver la cabeza - El coronel no tiene quien le escriba"

lunes, 10 de septiembre de 2018

La casa de los amores imposibles



Cristina López Barrio me cautivó en Tierra de Brumas. Y desde entonces tenía La casa de los amores imposibles en mi punto de mira, pues decían las críticas que era su mejor obra. Hoy mis impresiones sobre esta novela fascinante que nos narra la historia de una saga de mujeres "malditas" que se han colado en mi corazón sin avisar. 



Sinopsis

Las mujeres Laguna han cargado con una terrible maldición desde el principio de su linaje: una tras otra sufren mal de amores y sólo dan a luz niñas que perpetúan esta cruel herencia. Pero cuando después de décadas de pasiones prohibidas y amores trágicos nace el primer varón, se abre la puerta de la esperanza. ¿Será este el fin de la maldición?


Impresiones

Esa placentera sensación de cerrar un libro que sabe que se ha colado por cada poro de tu piel... es todo un regalo. Y Cristina López Barrio lo ha conseguido en esta novela a la que llegue con unas expectativas altisimas y que han sido más que superadas. A lo largo de sus más de cuatrocientas páginas he descubierto la historia de una saga de mujeres malditas, las Lagunas, condenadas a sufrir mal de amores y parir hijas que tendrán ese mismo destino. Las diferentes mujeres Lagunas irán desfilando por una trama que se remonta a finales del siglo XIX con Clara, una joven rota por el amor de un hacendado andaluz que le robó el corazón, y el alma... De ojos color oro, es conocida por todos por su belleza desmesurada. Y el joven andaluz no pudo más que rendirse. Pero al terminar la temporada de caza, motivo por el que se hallaba en esas tierras lejanas, tiene que volver a su hogar dejando a Clara embarazada, aunque relativamente bien situada, pues le compra una casa, para limpiar su conciencia, al que todos comienzan a llamar la "casona roja".

Pero Clara no estará sola, cuenta con la compañía de su madre, la bruja Laguna, una curandera que lee el destino en los huesos del esqueleto de un gato y que se dedica a coser virgos. Aun así, podéis imaginar que para Clara, pese a conocer la maldición familiar, no fue fácil asumir su desgracia. Y así es como da vida a su peculiar "venganza", convertir la casona roja en el más prestigioso burdel de la región, esperando día y noche que el hacendado andaluz regresase para poder ser testigo. ¿Volverá? Eso ya lo dejaré para que lo descubráis vosotros mismo junto con la historia del resto de las Lagunas, Manuela, Olvido, Margarita... 

Así pues ésta novela está protagonizada por mujeres golpeadas por la vida. Con mejor o peor suerte, todas se sienten auténticas desgraciadas en lo que a asuntos del corazón se refiere. Pero todas y cada una de ellas, en su forma de ser, son auténticas leonas, protectoras de lo que consideran su clan, su desdichado clan... Aisladas de la sociedad, pues todos los habitantes de su pequeño pueblo conoce su desgracia, encuentran en ellas mismas la fuerza para seguir adelante. 

Es inevitable pensar en autores como Isabel Allende o Gabriel García Márquez cuando te sumerges en una novela de Cristina López Barrio. Ese estilo onírico, tan expresivo y poético, delicado y elegante... parece que estamos ante un cuento de hadas, pero donde se recoge toda la crudeza y realidad que esconde la vida. Esa constante mezcla entre realidad y ficción es una auténtica delicia, al igual que el uso de metáforas. No es una lectura sencilla, ni ágil. Requiere de nuestra atención plena para no perdernos en el relato, para no distraernos en detalles superfluos sin sacar todo el jugo que esconden... Pero no os asustéis, no es precisamente una lectura lenta. El ritmo narrativo no decae ni un instante, sucediéndose los acontecimientos sin cesar. No hay capítulos de relleno ni personajes sin sentido. Todo está calibrado, en su justa medida.

En cuanto al elenco de personajes solo puedo elogiarlo. Nos encontramos ante una estirpe de mujeres de gran temperamento, talladas por la crueldad de la vida. Son fuertes y todas guardan alguna que otra excentricidad. Pero no todas son personajes entrañables, para nada, las hay que llegaran incluso a provocarnos repulsión o al menos a mi me los ha producido el personaje de Manuela. 


En definitiva, La casa de los amores imposibles es la historia de una saga de mujeres malditas que luchará ante un destino marcado por el desamor. Una historia contada con una elegante exquisita, que se mueve entre la realidad y la magia, con una maestría impecable. 

"Algunas mañanas, Clara obligaba a su hija a sentarse bajo el dosel púrpura, y le hablaba de la maldición de la familia, de la desgracia helada que te licuaba los huesos, de las lágrimas como puñales, de las náuseas de un cuerpo vacío porque se le ha ido el alma"

* Gracias a la editorial Plaza & Janés por el ejemplar 

lunes, 3 de septiembre de 2018

Véneto



Viajar, descubrir, explorar... esa dulce tentación a la que intento rendirme al menos una vez al año. Los que os pasáis por este pequeño lugar de la blogosfera ya sabéis que soy historiadora del arte y amante de la literatura. Y viajar, es el culmen de mi triada de aficiones. 

Pero antes de profundizar en esta entrada "viajera" quería pediros disculpas por la reciente inactividad del blog. Ha sido un año de muchos cambios, personales y laborales, y no todos han sido precisamente positivos. A veces la vida te golpea tan duro que necesitas un tiempo para estar sola, y asimilar... Mis planes blogueros se vieron también afectados y a mediados de junio desaparecí. De blog, y casi de la vida... Pero septiembre me trae de vuelta, con más ganas que nunca de compartir con vosotros mis experiencias literarias. 

Y la primera entrada, cómo marca la tradición, es para hablaros un poquito de mis vacaciones. Este año le ha tocado a la región del Véneto. Muchos ya sabéis mi pasión por la bella Italia. Ésta es la cuarta vez que piso suelo italiano y ha sido para recorrer una región que llevaba demasiado tiempo en mi lista de deseos a cumplir. 

Venecia es sin lugar a dudas la joya de la corona. Pero hay otras pequeñas y desconocidas ciudades que bien merecen que le prestemos nuestra atención. Aterricé en Verona, la ciudad de Romeo y Julieta. Aunque sea conocida por ser el escenario de la famosa novela de Shakespeare he de confesaros que fue precisamente lo que menos me gustó, por la masificación turística. Verona es mucho más que ese mítico balcón de la casa de Julieta. Una ciudad bañada por las aguas del río Adagio, de bellas callejuelas, con un impresionante anfiteatro romano, conocido como "Arenas" y unas vistas que enamoran. Y si no, juzguen vosotros mismos.... 


Es una ciudad para relajarnos, saborear su rica gastronomía y perdernos por su numerosos restos medievales y renacentistas. Y si no tenéis demasiado tiempo que invertir no os preocupéis, con un día es suficiente para conocerla. Aunque los 40º que me acompañaron durante su visita casi acaban conmigo, y eso que soy de Sevilla, que a la calor estoy acostumbrada. 

Después de un día agotador pero muy bien aprovechado cogí mi maleta dirección a Venecia. No os negaré que llevaba bastante miedo a mis espaldas. Mis expectativas estaban por las nubes cuando decidí comprarme el vuelo, pero a medida que le contaba a mis conocidos mi próximo destino de vacaciones... mis ganas casi se esfumaron. Que si "huele mal", que si "está demasiado sucia", que si "no se puede pasear con tanto turista", que si es "una ruina"... que si.... que si... Pues si, hay muchos turistas, y sí, tiene cierto aspecto ruinoso, pero nada puede nublar, ni un poquito, la belleza que tiene esa ciudad de ensueño. El único olor que hizo presencia fue el de brisa marina. Si, turistas a reventar, pero al caer la tarde vuelven a sus hoteles a las fueras y entonces... la ciudad te acoge con dulzura para enseñarte sus más secretos encantos. (No os lo ocultaré, el alojamiento es bastante caro, pero solo por esa "intimidad" no solo merece la pena sino que la considero imprescindible). 

                                                        


La plaza de San Marco, el Puente de los Suspiros o Rialto, Santa María de la Salutte o La Galería Peggy Guggenheim son algunos de sus principales reclamos turísticos. Pero tras la elegante y sofisticada Venecia, la de mármol... existe una más auténtica, de canales, recovecos, esconchados... y es igual de encantadora. Precisamente son sus dos caras, tan distintas entre ellas, las que configuran una experiencia sensorial que os aseguro, no es fácil de olvidar. Y mención especial para el Gran Canal, al que os recomiendo que recorráis en vaporetto... de día, al atardecer y de noche... Hay que disfrutarlo en en pleno bullicio y bajo la intimidad que proporciona la oscuridad. No os cansareis de recorrerlo. 

Cerca de Venecia, a una hora y media en barco, se encuentra una isla bastante peculiar. Con sus casitas de colores, Burano es conocida por su producción de encaje de hilo. Es un remanso de paz, si la comparamos con la ajetreada Venecia. De por sí, el viaje en barco ya es una delicia y el pueblo bastante encantador. No tiene demasiado que ver, es más un paseo agradable por sus calles y visitar el campanario, notablemente inclinado. Pero si vas a estar más de dos días en Venecia puede ser un completo magnífico para vuestra visita. Cómo nota curiosa, dice la leyenda que las casitas estaban pintadas de diferentes colores para que los marineros pudiesen llegar hasta sus casas en los días de niebla. Dicho esto, no es una visita imprescindible, pero si recomendable si os sobra tiempo. A nosotros nos faltó visitar Murano, conocida por las fábricas de cristal. Pero se nos echó el tiempo encima... o cómo suelen decir, hay que dejar algo sin ver para así poder volver. Quiero pensar que fue lo segundo. 

Y tras tres inolvidables días en Venecia me marchaba con una el corazón lleno de bellos recuerdos y un caprichito en la maleta. Sí, una mascara veneciana que me encandiló. 






Pero aún no terminaba nuestra escapada. Teníamos un último destino antes de tomar el avión que nos traería de vuelta a casa. Cuando preparo un viaje me gusta dejar algo que ver en la recamara, por si todo sale sobre ruedas y nos sobra tiempo, y en ésta ocasión así ha sido. Con medio días por delante decidimos realizar una visita exprés a Padua, una pequeña ciudad que acoge uno de los centros religiosos más importantes de Italia. Allí, descansan los restos de San Antonio de Padua, en una iglesia sobrecogedora por su belleza y misticismo. 





 Ya han pasado varias semanas desde nuestro regreso pero tengo que admitir que sigo con la sonrisa puesta cada vez que lo recuerdo. El Véneto es una región hermosa que aguarda al visitante un sinfín de recovecos que descubrir. 


¿Volveré?

Eso espero...