Canta solo para mí, de la escritora y periodista Nativel Preciado, fue la novela galardonada con el prestigioso premio Fernando Lara en la edición 2014. Con esta novela, la autora ha rendido su particular homenaje a los héroes periodísticos de una de las épocas más convulsa y conflictivas de nuestra historia más reciente.
Resumen
Muriel, una joven reportera gráfica, vive junto a su compañero Tanis, periodista en lena madurez profesional y personal, un amor prohibido, pasional y lleno de riesgos.
Ambos trabajan en el mítico periódico El Hispano durante la convulsa época de los últimos años del franquismo. Una redacción repleta de ilusión, ideales y lucha para derrocar al dictador. Una época de barricadas, confidentes y esperanza. Malik, el hijo de Muriel, intenta recomponer las piezas de la enigmática y apasionante vida de su madre. Pero siempre hay algo misterioso en ella que su hijo ni comprende ni acepta.
Canta solo para mí rinde homenaje a toda una generación legendaria, a sus ansias de libertad y a la fuerza imparable de la juventud.
Impresiones
Ante un argumento así, no es difícil sentirse intrigada. Así que me dispuse a sumergirme en sus páginas, esperando encontrar un fiel retrato social de la época... y lo encontré. Pero mis altas expectativas no fueron satisfechas. Y es que la crónica social, que era lo que más me interesaba, va perdiendo protagonismo ante la situación sentimental de la protagonista, sus pasiones más ocultas y devastadoras. La historia de amor entre Muriel y Tanis se convierte en el verdadero hilo vertebrador de la novela. Para ser más exactos, el triángulo amoroso que forman el periodista, la reportera gráfica y un representante de la OLP.
Nativel Preciado nos acerca a las tardes en el Café Gijón, las noches madrileñas y a la realidad social que viven algunos países como Argelia, donde algunas mujeres había participado activamente para conseguir la independencia de Francia y que tras conseguir la ansiada libertad se ven obligadas a volver a coger el velo y ocultarse a la sombra de sus maridos.
La novela se mueve ágilmente entre dos tiempos: el presente, en el que Malik, el hijo de Muriel recopila información sobre esta etapa de su vida con motivo del encargo de un documental que se proyectará durante la gala de entrega de unos premios en los que se reconocerá la labor profesional de su madre y la década de los 70, donde Muriel nos va relatando sus vivencias con algunos de los protagonistas de la época y sus sentimientos más ocultos. En esos años, los jóvenes españoles soñaban con la libertad, rompían tabues... y este es el contexto histórico elegido por Nativel Preciado, un auténtico acierto. Aunque no puedo decir lo mismo del poco protagonismo del que goza Malik, que queda casi relegado a un papel final.
De lectura amena, Canta solo para mí no llega a ser una obra redonda. Pese a tener todos los ingredientes necesarios para conseguirlo, a la hora de introducir las cantidades justas de cada uno de ellos, le falta ese toque de maestría, pues en mi opinión la problemática política cede su protagonismo a los problemas domésticos de la reportera gráfica.
"Estaba convencida de que el mío era un amor más allá del bien y del mal, sobre todo, del mal. Hasta ese momento mantuve la esperanza de lograr un final feliz. Si el amor es ciego, la obsesión también es sorda. Lo mío era una obcecación en toda regla; una pasión abrasadora, incontrolable, sofocante, capaz de movilizar toda la fuerza de mi juventud y nublar mi capacidad de entendimiento. Detestaba el sosiego amoroso, me parecía un sentimiento anodino y gris. Es lo que me decía para convencerme a mí misma. La pasión daba sentido a mi vida, pero necesitaba caudales de energía, porque el desgaste con Tanis resultaba inmenso"
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