La sonrisa etrusca

Sublime. La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro es sencillamente una obra maestra. Hace unos años me aventuré con La vieja sirena, otra autentica delicia, y ahora le ha tocado el turno a esta novela sobre la vida de Salvatore Roncone donde una vez más, Sampedro hace gala de su sencillez y sinceridad. Una joya indispensable en cualquier biblioteca. 

Resumen

Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a un revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud. Una bellisima novela sobre el eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del alma humana. 

Impresiones

La sonrisa etrusca es una historia sencilla que derrocha ternura. Su personaje principal, Salvatore Roncone, es una de esas personas curtidas por el sufrimiento que ha vivido con pasión y valentía, fiel a sus ideales. Natural de un pequeño pueblo calabrés, al sur de Italia, se ve obligado a dejar su adora tierra para ir con su hijo a Milán, donde podría recibir un mejor tratamiento contra la enfermedad que lo está devorando lentamente, pero a paso firme y a la que él llama cariñosamente, Rusca. 

Pero antes de llegar a Milán, su hijo debe solucionar un asunto en Roma, concretamente en la Villa Giulia. Mientras espera a su hijo, recorre las salas del museo quedando fascinado por una escultura etrusca, el Sarcófago de los Esposos. Este es el punto de partida de la novela: la descripción de dicha escultura y como le conmueve. Y os puedo asegurar que desde este mismo instante, caí rendida ante este personaje. 

Tras esta breve parada, continúan el viaje a Milán. Para una persona acostumbrada a la sosegada vida rural, encontrarse de repente en una gran ciudad, caótica y desoladora es un choque bestial. Un entorno tremendamente hóstil al que se tendrá que adaptar poco a poco. Sin embargo, en esa fría ciudad encontrará un motivo para seguir adelante, su nieto, Brunetino. El bebe se convierte en el centro de su vida, un giro totalmente inesperado para él, cuyas convicciones de siempre se ven tambaleada ante este pequeño ser.  Y es que Brunetino despierta en su abuelo un amor incondicional, le hace mejor persona. Pero la vida le depara otro regalo, muy muy especial, vivir un amor pleno e inolvidable. 

Salvatore desea profundamente hacer de su pequeño nietecito un hombre. Pero un hombre de verdad, de la montaña, no hijo de esa ciudad desalentadora. Y mientras vela sus sueños, nos permitirá descubrir episodios de su fascinante vida (su primer amor, sus grandes amigos y enemigos, su faceta de partisano en la guerra...). El abuelo derrocha ternura. 

La sonrisa etrusca es una autentica delicia, una novela con la que te ríes y lloras por igual. Una historia conmovedora contada con maestría por uno de los escritores más importantes de los últimos tiempos. Y un personaje cautivador, con sus virtudes y defectos, pero que sin lugar a dudas, sabe tocar el alma. 

"La cama es un océano tranquilo donde se vive la pleamar de los amantes"