Gente que viene y bah

No parar de reír con un libro es posible. Laura Norton se ha convertido en una apuesta segura si busco echar un buen rato entre risas y personajes entrañables. Gente que viene y bah es una lectura refrescante ideal para cualquier época del año. Una perfecta válvula.

Resumen 

¿Cuántas probabilidades hay de que te toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo?

A Bea le acaba de pasar (excepto lo de la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así. En esta novela vas a encontrar un mercedes rosa, una casa en los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te reconcilian con la vida. Una historia con la que descubrirás que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas.

Impresiones

Dicen que reírse es un seguro de vida. Si queremos gozar de buena salud debemos intentar reír con frecuencia. No vale una sonrisa tímida, no, hay que reír a carcajadas, hasta llorar, a pleno pulmón. Tanto "No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas" como "Gente que viene y bah" son lecturas refrescantes de lo más divertidas. Os aseguro que las risas están garantizadas con Laura Norton. 

Una vez más, la escritora nos trae una comedia de enredo contada de una forma magistral. Su pluma, ágil y fresca, cautiva... ¡y de que manera! Bea, es una joven arquitecta residente en Madrid que está apunto de casarse con un compañero de su estudio, Victor. Hacen una pareja perfecta, ella tiene gran talento y él, un valioso don de gentes. Mientras ella trabaja dura en el estudio para crear proyectos atractivos e innovadores, él sabe como nadie llamar la atención de los mejores inversores. Pero la vida tiene giros inesperados, y la suya, aparentemente perfecta está a punto de verse sacudida por un golpe que deja caos a cualquiera. La culpable: una guapisima y cuatrilingüe presentadora de telediarios. 

En plena crisis existencial (sin novio y sin trabajo) y cansada de esconderse en el "pisito" de su mejor amiga decide refugiarse en su Cantabria natal. Lejos de Madrid y de su ex espera encontrar algo de paz y calor rodeada de sus seres queridos. Pero ni la tranquilidad es una virtud de la que goce su familia ni ella podrá dejar su caos en la capital. Y es que si algo caracteriza a Bea es su personalidad caótica, arrolladora y transparente. Por que nuestra protagonista es así, una cajita de contradicciones, capaz de tener un corazón que no le cabe en el pecho y una mala leche de libro.  Una auténtica "reina del drama". Adorable. 

Bea se instala en la casa de sus padres, un matrimonio de lo más peculiar. Él es marino y ella pasa consulta gracias a su "don" y es que es capaz de detectar todo tipo de dolencias. La arquitecta, como siempre la llama su padre tiene tres hermanos. Irene es la alcaldesa del pueblo, una mujer fuerte y tenaz que lucha incansablemente por llevar prosperidad a sus paisanos, Débora es la rebelde de la familia y está algo obsesionada con su bebe, a quien no deja ni un sólo instante en compañía de nadie, ni siquiera de su marido y León es el pequeño del clan, un chico inteligente y solitario, el gran desconocido para la familia ya que pasa mucho tiempo en su cuarto delante de ordenador. Todos tienen sus problemas particulares aunque llega cierto momento en el que parece que el origen de todos ellos es la propia Bea, y ese caos que la persigue allá donde va. 

Pero la familia de Bea no son los únicos personajes que de esta historia. Un guardia civil, un bombero, un stripper, una presentadora de telediarios y el viudo de oro de Cantabria, con familia política incluida, se pasearan por las páginas de este libro regalándonos momentos inolvidables. 

Laura Norton, con su estilo ágil y fresco, vuelve a regalarnos una historia divertida de personajes entrañables que se cuelan en nuestro corazón casi sin darnos cuenta. Y una vez más, como puntos fuertes sus diálogos inteligentes  y esa capacidad de recrear escenas surrealistas que parecen totalmente reales. Chapó.

Gente que viene y bah es una historia que nos recuerda que no hay mal que por bien no venga, que por muy oscura que sea la noche, siempre vuelve el sol para iluminarnos si tenemos algo de paciencia. En el lugar más inesperado podemos reconciliarnos con nuestra suerte y acariciar la ansiada felicidad. Una lectura adictiva, encantadora, divertida y entrañable ideal para cualquier época del año. Un libro capaz tanto de hacernos reír como de emocionarnos. 

"Mis hermanas dicen que tengo un carácter endiablado y que echo espumarajos por la boca a la mínima de cambio. Exageran. Creo. Me altero fácil, puede ser, desconfío de la gente, mucho, las injusticias me enervan, sí, tiendo a ver las cosas más negras de lo que son, tal vez, y puede que tenga cierta incapacidad social y no aguante mucho las tonterías, pues... vale"