El amante japonés

El amante japones nos invita a recorrer cincuenta años de amor, de idas y venidas, de lucha y entrega, de barreras y falta de valentía, de pasión e inocencia. Isabel Allende vuelve a regalarnos una historia inolvidable. 

Resumen

La historia de amor entre la joven Alma Belasco y el jardinero japonés Ichimei conduce al lector a través de diversos escenarios que van desde la Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco de nuestros días. 

<<A los veintidós años, sospechando que tenía el tiempo contado, Ichimei y ella se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno>>

Impresiones

Descubrí a Isabel Allende en "La casa de los espíritus" una novela que leí siendo casi una niña. El impacto fue arrollador, pasando a ser hoy en día una de mis novelas preferidas. Y sí, he leído mucho desde entonces. Sin embargo, no volví a encontrarme con la autora hasta este libro del que hoy os hablo... El amante japonés. 

Siendo apenas una niña, Alma fue enviada por su padres a Estados Unidos. Sus padres eran conscientes que vivir en Polonia siendo judía no era lo mejor para ella, y tal como hicieron con su hermano mayor años antes, le buscaron un lugar en el extranjero, lejos del horror que estaba por asolar a Europa. Si a su hermano le tocó emigrar a Inglaterra, Alma encontró su nuevo hogar en América, donde vivían unos parientes. Y la primera mano amiga fue la de su primo mayor, Nathaniel. 

Aunque los primeros días se encontraba desolada por la ausencia de su familia, con los meses se fue adaptando a su nuevo hogar y aceptar a los seres que la habitaban, como su nueva familia. Al fin al cabo, nunca le faltó nada, pues la familia gozaba de una próspera economía. Y si además había encontrado el amor... 

El amante japonés arranca en 2010, en San Francisco, con Irina, una joven de veintitrés años que acaba de ser contratada en la residencia para ancianos de Lark House. Una chica trabajadora, algo tímida, pero de un corazón enorme... Esa es Irina. Una pena que ande atada a un pasado oscuro que la asfixia. Pero este trabajo, que acepta como otros tantos en un intento de huir del pasado, está a punto de cambiarle la vida. 

Y es que allí conocerá a Alma Belasco, la protagonista de nuestra historia. Una mujer fascinante, de esas que sólo con su presencia, llena el espacio. Embriaga, seduce, cautiva. Y la joven no pasará desapercibida para ella. De hecho, le ofrece un trabajo como asistente. Entre ellas, surgirá una bonita amistad que con el tiempo llegará a parecerse más a una relación abuela-nieta. 

Irina nació en Moldavia, en le seno de una familia muy humilde. Se crió con sus abuelos, quienes tomaron su custodia cuando su madre cayó en la prostitución. Con los años, y ya superada esa etapa de su vida, volverá a reclamar a su hija, quién se trasladará a vivir con ella a Estados Unidos. Irina no tuvo unos comienzos fáciles y sin embargo, su ternura cautivará a Seth, el nieto de Alma. 

Ambos comparten su fascinación por Alma, esa anciana de ochenta años que todas las semanas, sin excepción, recibe una carta... ¿Quién se la envía? ¿Un amante? ¿Y esas escapadas secretas son para encontrarse con él? Intrigados, Irina y Seth empezarán a indagar sobre la vida de Alma. Y este es el punto de partida de la novela. 

El amante japonés es una historia de amor. Una ardiente y pasional historia de amor de las que traspasan las fronteras del tiempo. Cuando Alma, siendo apenas una niña, llega a la casa de sus tíos en Estados Unidos, se encontrará con Ichimei, el hijo japonés del jardinero de la familia. Algo inexplicable nace entre ellos, caricias prohibidas que desatan sentimientos desconocidos para ella. Un amor pasional, intenso, arrollador... tan vital y necesario para ella como el que le proporciona su primo Nathaniel con su serena ternura. Alma es sólo una niña pero ya es consciente que necesita a ambos. 

Con ese estilo tan personal e inconfundible, Isabel Allende nos irá desvelando pasajes de la vida de Alma, Ichimei, Nathaniel, Irina e incluso de algunos personajes que habitan en la residencia. Así, El amante japonés se convierte en una novela coral donde la autora reflexiona sobre el amor, la inmortalidad de la juventud, la vejez... Y asimismo, le sirve para plasmar uno de los acontecimientos históricos más desconocidos del siglo XX. Mientras en Europa los judíos poblaban los campos de concentración, en Estados Unidos fueron los japones tras el ataque de Pearl Harbor. El país declara la guerra a Japón y la histeria nacional corre como la pólvora. Poco importó que muchos de los japoneses tuviesen la nacionalidad americana, pues de manera general y sistemática, eran considerados posibles sospechosos de trabajar como espías para el país que vio nacer a sus padres. Así que, mejor tenerlos bien controlados en campos de concentración. Vamos, poner lo que se dice poner la tirita antes de que salga la herida. Y lo curioso es que muchos de esos jóvenes lucharon en el frente americano, llegando a ser de las divisiones más valientes en esa guerra atroz y cruel. 

Esta será la primera separación de la joven pareja, pues Ichimei junto a su familia tendrán que trasladarse a un campo de concentración. Son años difíciles, pero que no conseguirán apagar la llama del amor inocente y pura. Así será su amor, atropellado, intenso, tierno, desesperado, pasional... Una parada en el camino, un soplo de aire fresco, algo inolvidable. Pero son tiempos difíciles y las relaciones interraciales no son aceptadas por una sociedad puritana y anclada en valores tradicionales que poco entienden de asuntos del corazón. 

El elenco de personajes es soberbio. Todos y cada uno de ellos tiene un papel esencial en la historia. Son descritos con lujo de detalles, rompiendo esa barrera impuesta por el papel para cobrar vida ante nuestros ojos. Tan reales como la propia historia, narrada sin dramatismos ni demasiada azúcar, pero si con buenas dosis de realismo. Una historia de amor, de amantes destinados, de las de verdad. Una historia sencilla, pero envolvente. 

Isabel Allende ha vuelto a cautivarme con su prosa cuidada de una elegancia exquisita. El amante japonés invita a la intimidad, a ser devoraba, pero lentamente, sin perdernos el placer de saborear los sentimientos que esconden las palabras. Una historia de amor que pervive a través de los años. Un amor que pese a infinidad de dificultades sobrevive, sin perder intensidad. Una invitación a vivir intensamente, a nunca perder esas ganas de buscar la felicidad. Una novela deliciosa. 

"Aislada del mundo por la magia del amor, Alma podía ignorar las voces interiores que la llamada al orden y le exigían prudencia advirtiéndole de las consecuencias. Sólo vivían para el encuentro del día, no había mañana ni ayer, sólo importaba ese cuarto insalubre que su ventana atascada, su olor a humo, sus sábanas gastadas y el ronquido perenne del aparato de ventilación. Sólo existían ellos dos"

* Gracias a la editorial DeBolsillo por el ejemplar