La víspera de casi todo

La víspera de casi todo de Víctor del Árbol pisa fuerte. Galardonada con el antiguo y prestigioso Premio Nadal, esta novela es perturbadora, intensa, dolorosa... y a su vez, un canto a la esperanza, a la superación personal. Un recorrido por los rincones más oscuros del alma humana. Una invitación a luchar, a soltar las cadenas que nos atan a un pasado que asfixia y oprime. 

Resumen

Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastra su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda trucado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia. 

Una misteriosa mujer llama Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad. 

El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible. 

Impresiones

Tras ser etiquetado de héroe por la opinión pública tras encontrar el cuerpo sin vida de la pequeña Amanda, Germinal Ibarra se traslada a La Coruña. Nunca se perdonará no haber encontrado con vida a la hija de Eva Mahler, heredera del uno de las fortunas más importantes del país. Llegó demasiado tarde. Y aunque descubrió al asesino, la muerte de este aún le atormenta. 

Pero lo que no sabe Germinal es que tus fantasmas te encontrarán siempre, por muy lejos que creas esconderte. Así pues, tres años después de este fatídico caso, recibe una llamada de un hospital donde han ingresado a una mujer que ha sido brutalmente agredida. Sin forma de poder conocer su identidad, la mujer insiste en hablar con Germinal. Cuando se presenta en el hospital descubre que esa misteriosa mujer es Eva Mahler, la madre de la pequeña Amanda, que lleva meses desaparecida. 

Eva no supera la muerte de su hija. Con un matrimonio a la deriva y una familia más preocupada por sus escándalos sociales que por su bienestar, decide poner tierra de por medio, buscar un refugio donde poder empezar una nueva vida, o al menos, no enfrentarse con su pasado constantemente. Y ese lugar lo encuentra en la costa da Morte entre acantilados de vértigo. Allí, se instala en una casa de huéspedes que regenta Dolores, la antigua profesora de la localidad, que se trasladó cuando su hija Martina era una niña.  Al ser un pueblo pequeño, pronto conocerá a todos su habitantes, entablando amistad con Daniel, el nieto huérfano de Mauricio, de origen argentino. ¿Que tienen estos personajes en común? Un pasado doloroso que les asfixia. 

La víspera de casi todo es una novela compleja, con una trama apasionante. Con una ambientación exquisita, cuenta con un elenco de personajes rotos, sufridores, pasionales... que se encuentran a la deriva. Son personas que sienten, padecen, sufren, aman, caen, se rompen... como tú y como yo. La magia de Víctor del Árbol consigue que parezcan tan reales que llegan a traspasar las hojas de papel. Y es que más que perfilarlos psicológicamente, parece que los abre en canal y nos muestra lo más profundo y oscuro de su ser. Sin anestesia. 

Con un ritmo pausado, la novela alterna diferentes espacios y lineas temporales que se van entrecruzando constantemente a lo largo de la trama. Es una estructura compleja, sin embargo, se puede seguir fácilmente. Esta dividida en 25 capítulos y el narrado es omnisciente. La mayor parte de la historia transcurre entre la primavera y el verano de 2010 y cuenta con un prefacio situado en 2007 y un epílogo que nos traslada a tres años después. Subtramas que se funden en un puzzle perfecto.  Y os confieso que de todas estas tramas, es la historia de Mauricio la que más me ha cautivado. De la mano de este anciano, nos trasladamos a la dictadura argentina, un hecho histórico que apenas ha tenido protagonismo en la literatura. Víctor del Árbol nos habla de torturas, ejecuciones y desaparecidos que eran opuestos a las ideas del nuevo régimen. Pero también de amor, amistad y traiciones. 

En cuanto al género... es difícil etiquetarla. En La víspera de casi todo encontraremos elementos propios de la novela negra y del thriller, pero también una historia de amor, notas históricas y enredos familiares. Eso sí, siempre está presente esa atmósfera que destila suspense y misterio. 

De lo que no hay menor duda es que se trata de una novela coral, donde todos y cada uno de sus personajes son decisivos en la historia, aunque al principio parezca que todo el peso narrativo caerá en Germinal y Paola. 

Víctor del Árbol teje un tapiz fascinante. Con su estilo ágil y elegante, sabe imprimir profundidad, crear atmósferas opresivas y transmitir ese dolor asfixiante que sienten sus personajes al lector. No es una novela de ritmo trepidante. Poco importa. El lector se sumerge en una trama compleja con descripciones exhaustivas que huye de los detalles superfluos para coquetear con la poesía. Y queda completamente cautivado.  

Una novela que nos habla del pasado, de fantasmas que permanecen atados a nuestro ser, sin permitirnos avanzar. Un pasado que sólo se supera con coraje. Una lucha dolorosa, pero totalmente necesaria para salir de las profundidades... y remontar el vuelo. En La víspera de casi todo hay dolor y rabia, pero también pasión y ternura. Derrocha tristeza, pero también esperanza. Una lectura sublime. 

"Cuesta encontrar la poesía, la estética, en este mundo asqueroso. ¿Cómo sobrevives tú? A veces, yo la encuentro en una farola con la tulipa rota que hay en el extremo de la calle donde vivo. Esa misma calle que espías desde tu coche desde hace semanas, creyendo que no te veo. Por las noches, una polilla revolotea alrededor y se golpea contra la superficie como si quisiera entrar en el núcleo de esa luz que terminará abrasándola, hasta que por fin encuentra un resquicio por el que colarse y su danza alocada y suicida culmina en un chisporroteo. La polilla cae, pero inmediatamente otra toma el relevo. Las polillas muertas se amontonan al pie de la farola en una pira de inútiles sacrificios. Si alguien más tuviera capacidad para las metáforas poéticas podría sacar alguna conclusión de esto. Pero la gente normal carece de esa clase de habilidad. Solo ven insectos estúpidos que se sacrifican por nada"

* Gracias a la editorial Destino por el ejemplar