El cazador de la oscuridad

Donato Carrisi ha conquistado a millones de lectores por todo el mundo. Y no me extraña. El cazador de la oscuridad, su última novela, ha sido publicada por la editorial Duomo y os puedo adelantar que no sólo reúne todos y cada uno de los ingredientes necesarios para convertirse en un excelente thriller, sino que además los adereza con gran maestría. Seguiré muy de cerca a este escritor italiano. 

"Háblales del bien y te ignorarán. Muestrales el mal y te prestarán atención"

Resumen

En una Roma muy inquietante, un hombre investiga los misterios y los crímenes sin resolver. Busca las anomalías pero sobre todo intenta descubrir su propia identidad. 

Sus investigaciones le llevan al lugar donde se custodian los pecados más abominables cometidos por la humanidad. Es el mayor archivo sobre el mal. El secreto más oculto del Vaticano. 

Marcus es sacerdote y tiene un don: detecta el mal que anida en las personas. Sandra es fotógrafa de la policía. Y también tiene un don: puede hacer visible lo invisible. Ahora ambos han unido sus talentos para atrapar a un asesino abominable: alguien que sólo escoge como víctimas a parejas jóvenes. 

La investigación de los crímenes les lleva al Vaticano, al archivo donde se atesoran los mayores crímenes de la humanidad. Un inventario del mal absoluto. Un lugar siniestro donde todo es oscuridad. Con un ritmo vertiginoso, Carrisi teje una historia en la que el lector libra la misma lucha que Marcus y se enfrenta a los mismos enigmas que intenta descifrar Sandra, sintiendo las mismas esperanzas y el mismo miedo hasta la última línea. 

Impresiones

Cuando Laky del blog Libros que hay que leer organizó un sorteo de varios ejemplares de la última novela de Donato Carrisi, el escritor italiano era un auténtico desconocido para mi. Pero no hizo falta ni terminar la sinopsis para saber que tenía que leer si o si El cazador de la oscuridad. Así que crucé muy muy muy fuerte los dedos invocando un poquito de suerte... Y vaya que si la tuve. Antes de que el ejemplar saliese a la venta, ya estaba esperando en mi estantería para la lectura conjunta. 

El cazador de la oscuridad es la segunda parte de una pentalogía protagonizada por Marcus, un sacerdote penitenciario con un don muy especial: es capaz de detectar el mal que anidan en las personas. No haber leído "El tribunal de las almas" (la primera parte) no ha supuesto el más mínimo problema para su disfrute, aunque si os reconozco que tras finalizar la lectura, fue imposible esquivar la primera librería que encontré en mi camino. Necesitaba saber más. Mucho más. 

Marcus ha perdido la memoria. Se encuentra en un hospital de Praga recuperándose de un largo coma cuando el padre Clemente le ofrece la posibilidad de olvidarse de quien fue, o aceptar su pasado. Así pues, Clemente, que también es penitenciario, se convertirá en su mentor, en su único amigo, guiándole en un encargo al que no puede oponerse porque es su naturaleza: luchar contra el mal. Todo lo que rodea a nuestro protagonista es un misterio, incluso para él, quién es y que fue de su vida es un misterio. Y estas inquietudes no sólo le acechan, sino que llegan a asfixiarle en algunas ocasiones. 

Sandra Vega es una fotógrafa forense que trabaja para la policía. Con su cámara fotográfica es capaz de captar anomalías entre esos detalles insignificantes del escenario del crimen. Su cualidad no pasa desapercibida para el vicequestore Moro que sin dudarlo la incluirá en su equipo de investigación. 

Foto: Vista de Roma. 2012.

Algo inquietante está pasando en Roma. Sobre la resplandeciente y sublime ciudad eterna acechan sombras de las que nacen los más abominables pecados. El don de Marcus junto con la capacidad de la Sandra de hacer visible lo invisible se unirán para dar caza a un asesino que mata a parejas jóvenes, torturando con gran crueldad sobre todo a las mujeres. Un ser que ha sembrado el terror en la capital italiana y al que pronto la prensa lo apodará como El monstruo de Roma. 

Decir que El cazador de la oscuridad es una lectura vertiginosa de lo más adictiva es quedarme seguramente bastante corta. Tiene uno de esos principios que te atrapan de tal forma que sabes que la hora que marque el reloj poco importa, pues sumergida en sus páginas el tiempo se detiene. Esta estructurada en un prólogo, cuatro bloques (divididos en breves capítulos) y un epílogo final. Además, la novela incluye una breve pero muy interesante conversación con el autor. 

Con una pluma exquisita y elegante, Carrisi crea magistralmente una trama de ritmo frenético, unos personajes con gran profundidad psicológica, unos escenarios de crimen sórdidos y espeluznantes, una atmósfera asfixiante... y todo lo adereza con giros inesperados que mantendrán la tensión y el suspense hasta sus últimas páginas. En cuanto al desenlace, sencillamente perfecto. El autor no deja ni un sólo cabo suelto. Magistral. Hacía tiempo que no sentía ese escalofrío recorriendo mi cuerpo al descubrir la historia del asesino. O ese momento en el que te sorprendes mirando por encima del libro, por si alguien te está vigilando. No exagero cuando os digo que es una novela brillante. 

Que la novela negra y los thriller son de mis géneros preferidos no es un secreto para los que habitualmente pasáis por este blog. Pero no todos sabéis que soy licenciada en historia del arte. Quizás por eso, he disfrutado tantísimo adentrándome en la historia de la Penitenciaría Apostólica, descubriendo los rincones más secretos del Vaticano y conociendo anécdotas sobre obras de arte que desconocía, como las dos leyendas sobre el crucifijo que se custodia en la Iglesia de San Marcelo in Corso. Aunque no es la única, si es la que más me impactó. 

Carrisi nos invita a pasear por la ciudad eterna, perdernos por sus callejuelas, conocer sus luces pero también sus sombras en esta novela sobre el bien y el mal, dos caras de una misma moneda. Crímenes sin resolver, esoterismo y conspiraciones... El cazador de la oscuridad es un triller trepidante que narra una historia oscura con una caracterización de personajes exquisitas y una trama de lo más enigmática que no ofrecerán al lector ni un leve suspiro, ni la más mínima tregua.  

"Qué triste es el destino de un fantasma. Observa las grises existencias de los vivos, sus sufrimientos, cuando se angustian persiguiendo el tiempo, cuando se enfadan por naderías. Los mira debatirse en los problemas a los que la suerte los somete cada día. Y los envidia. <<Un fantasma rencoroso>>, se dijo. <<Eso es lo que soy>>. Porque los vivos siempre tendrían una ventaja sobre él. Tenían una vía de escape: todavía podían morir"

* Gracias a Ediciones Duomo por el ejemplar