miércoles, 26 de diciembre de 2018

Holanda



No todo es devorar libros. Entre mis pasiones también se encuentra viajar, conocer nuevos lugares, descubrir nuevas culturas. Por eso, de vez en cuando, cambio las reseñas literarias por estos pequeños diarios de viajes. Hoy os recomiendo... ¡Holanda!


El pasado mes de noviembre desempolvé mi maleta para tomar rumbo a Holanda. Tras varios años buscando la oportunidad de repente los astros parecen alinearse. Cinco días libres en el trabajo, un vuelo sorprendentemente barato y... ¡allá vamos! 

No exagero cuando digo que llevaba mucho, pero mucho tiempo queriendo conocer Ámsterdam. Conocida como la Venecia del norte, está surcada por un sinfín de canales que le otorgan gran encanto. Perderse por barrios como Jordaan es una auténtica delicia.  Siempre pensé que iría en primavera y aprovecharía para ver los campos sembrados de tulipanes pero debo reconocer que en invierno también es encantadora. Hace frío, no os lo negaré, pero si sois de los que disfrutáis como niño con las lunes de navidad, es un destino perfecto. 

Cuando viajo suelo llevar una lista interminable de cosas que ver y hacer. Pero en Ámsterdam la dejé en el hotel. Es una ciudad que nos invita a conocerla recorriendola, sin más. Cualquier calle, el más insignificante rincón, puede cautivarte. Aun así, es imprescindible conocer El mercado de las Flores, el Palacio Real, realizar algún crucero por los canales, visitar el Barrio Rojo y perderse, una y mil veces, por Jordaan, donde por cierto, podréis visitar la casa de Ana Frank. ¿Se ha notado demasiado? Supongo que no puedo ocultarlo, el barrio judío se ha convertido en uno de mis sitios preferidos de mundo. Y estoy segura que volveré solo por volver a recorrer sus canales. 

Pero no hemos acabado aún con Ámsterdam. La ciudad atesora al menos dos museos que considero de imprescindible visita.  El Rijksmuseum o Museo Nacional de Ámsterdam posee la más famosa colección de pintura del Siglo de Oro neerlandés entre las que se encuentran obras como La ronda de noche de Rembrandt o La lechera de Vermeer. Pero no solo es una visita obligada por las pinturas que contiene en su interior, el propio edificio es una obra maestra maestra de la arquitectura neogótica. 


El Museo Van Gogh contiene más de 200 pinturas del artista, un recorrido perfecto por la evolución artística de uno de los pintores más fascinantes de la historia de la pintura. Su colección de autorretratos es sencillamente magnífica y además, podremos disfrutar de alguna de sus obras más emblemáticas como Los girasoles o El dormitorio de Arles. Aunque no hay solo obras de Van Gogh, también encontraremos algunas pinturas de Monet o Toulouse Lautrec, entre otros, que nos sirven para contextualizar al maestro. Y no me olvido de las cartas que escribió a su hermano Theo. Así que os podeís imaginar... disfruté como una peque el día de Reyes. ¡Sueño cumplido!

Tras una visita muy muy intensa terminé en la tienda del Museo, comprándome una lámina. ¡No podría ser de otra manera! Así pues, Flor de almendro se vino a casa, incorporándose a mi particular colección de reproducciones de obras de artes. Sí, sé que no es precisamente la obra más conocida de Van Gogh pero de siempre me ha fascinado. Fue el regalo que le hizo a su hermano Theo al ser padre de un bebé que llamó como el pintor, Vicent. 


Aunque Ámsterdam es una ciudad fascinante, Holanda esconde mucho más... Y nosotros estábamos dispuestos a descubrirlo. Reservamos una excursión con Buendía Tours, una empresa española que organiza diferentes rutas por la ciudad y alrededores, y nos adentramos en la Holanda rural que nos llevó a Zaanse Schans, Edam, Volendam y Marken. Pudimos visitar una fábrica de queso, con degustación incluida, y yo, que soy una ratoncita, me volví loca comprando quesos (no podéis dejar pasar la oportunidad de probar el ahumado ni la combinación de quesos con mostazas, en concreto la de finas hierbas... ¡de pecado!). También descubrí en esta ruta mi amor incondicional por las galletitas rellenas de caramelo, recién hechas, tan calentitas y deliciosas... ñam ñam. Sí, mi maleta no fue la única que ha vuelto con algún kilito de más. 






7 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Woooo no sabes la de recuerdos que me trae esta entrada de cuando estuve en Amsterdam, ¡es una ciudad fantástica!

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  2. Un viaje que tengo también pendiente! Tomo nota de todos los sitios a los que fuiste!
    Besotes!!!

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  3. Hola! Fui hace tres años y me encantó aunque no nos hizo muy buen tiempo. Excelente entrada.

    Un saludo!

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  4. Ay, qué recuerdos más bonitos me traen esas fotos. A mí me gustó muchísimo Amsterdam e hicimos el mismo recorrido prácticamente.
    Besos

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  5. Me encantaría ir a Holanda. Te seguí en Insta y la verdad es que dan ganas de coger un vuelo y desaparecer.
    Besos.

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  6. Hola, chica, que bonito, espero poder viajar algún día a ver esa espectacular ciudad. Besos.

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